Pensemos que en el mundo hay 210 millones de empresas que no se financian en mercados cotizados, lo que da una idea del potencial para mercados alternativos. Y que, el 30% de las empresas ha dejado de cotizar en bolsa en los últimos 40 años, como se afirma en un informe del gigante del capital riesgo KKR.

Según esta gestora, el 50% de la riqueza global se encuentra en manos de inversores particulares, pero sólo el 16% de los activos alternativos está en manos de dichos inversores. Y la superación de barreras estructurales, especialmente las regulatorias, convierte a un activo que estaba reservado a los grandes patrimonios en una oportunidad para inversores minoristas. Si esta tendencia se va confirmando, la cuota actual del 3% de los mercados privados sobre el total de los globales, podría llegar al 10%  en el medio plazo, siempre según KKR.

La expansión de la financiación alternativa entre los inversores

Este factor podría provocar el ensanchamiento de la base de inversores, es decir, la “democratización” de la inversión en mercados privados. De hecho, la deuda privada será probablemente un activo que atraiga gran parte del “dry powder”, los enormes flujos de liquidez en tesorería, inversiones financieras, etc, que están disponibles y buscando oportunidades de inversión en todos los mercados

Grandes gestoras internacionales de fondos como Blackrock, la mayor gestora global, afirman que los cambios en la economía y los mercados financieros, favorecen las expectativas  de la deuda privada en 2024, un año con incertidumbres en la economía que harán más complicada la financiación tradicional.

Y según Schroders,  el encarecimiento de la financiación bancaria pondrá de manifiesto las ventajas de la deuda privada, por su mayor flexibilidad y rapidez. Y  “las ingentes inversiones requeridas para la descarbonización que los gobiernos no pueden asumir, y que obligará a buscar otras vías de financiación alternativa”, impulsará la inversión en proyectos sostenibles de la economía real.

Las ventajas de los préstamos directos

En este entorno de crecimiento de la deuda privada, el apetito por la economía real, y las inversiones sostenibles, conviene detenerse en algunas ventajas de los préstamos directos como la mejor fórmula para canalizar el ahorro hacia la inversión productiva.

Las empresas logran preservar la caja que genera su negocio, dado que los préstamos directos aportan rápidamente liquidez para la compañía. Y este tipo de financiación se suele diseñar a medida de los objetivos estratégicos del Promotor del Proyecto, lo que facilita todo el proceso.

Por tanto, como menciona Schroders, las empresas cuya actividad se ajusta voluntariamente a criterios de sostenibilidad y trabajan con un propósito beneficioso para el medio ambiente, la economía o la inclusión social, pueden encontrar en la deuda privada a través de los préstamos directos, una herramienta idónea para acelerar su crecimiento.

Y para los Inversores, la deuda privada vía préstamos directos reduce la volatilidad, y genera una rentabilidad tangible con una trazabilidad total. Se trata de un activo de alta resiliencia en cualquier escenario macro, que aporta rendimientos atractivos vía cupón; según Preqin, cerca del 8% anual en los últimos tres años. Rentabilidad que se apoya en la prima de iliquidez, y en ocasiones, en la ausencia mercado secundario.

Participación en la economía real

Existe otra visión de la deuda privada como activo que desarrolla y permite participar en la economía real. Es la que proponemos en BUËCOR, una comunidad de inversores y empresas que representa las ventajas de la economía colaborativa para Inversores y Promotores comprometidos con Proyectos de impacto en la economía real.

Economía real significa el desarrollo de Proyectos que se pueden “tocar”: en la agricultura, la construcción, la atención a mayores, la logística, el transporte… La deuda privada en forma de préstamos directos, hace posibles estos Proyectos porque, no solamente  aporta liquidez al Promotor, y cupones periódicos y devolución del capital a vencimiento al Inversor, sino que también facilita canalizar el ahorro de los Inversores hacia las inversiones productivas, sostenibles y de impacto.

Una inversión alternativa que ha dejado de pertenecer al ámbito exclusivo de los grandes patrimonios, que la conciben como una opción de rendimientos estables y diversificación para su cartera. La economía colaborativa en plataformas como BUËCOR, democratiza las inversiones alternativas y las acerca toda clase de Inversores, desde los institucionales a los minoristas, family office etc.

Bienvenidos a las ventajas de la economía real a través de la economía colaborativa

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